Tu versión Reina es la versión más elevada de ti. Es la versión que luce su cuerpo ideal. Es un cuerpo sano y atractivo. Es el puro ejemplo de que fuerte y femenina pueden ir en la misma frase. Es un cuerpo que no le implica vivir en exigencia extrema, sino que la acompaña en el tiempo de forma sostenible, y refleja todo su cuidado personal día a día.

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Tu versión Reina ha entendido que la belleza no se logra tratando de forzar unos cánones establecidos. La belleza se revela cuando una se luce auténtica y lo hace desde el amor propio.

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Tu versión Reina ha entendido que el cuidado personal incluye tres pilares: el físico, el mental, y el energético o espiritual (llámalo como quieras). Su verdadera transformación sólo se dio cuando tuvo en cuenta los tres.

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Tu versión Reina tiene el poder de manifestar su realidad soñada, y lo hace en equilibrio con su energía femenina y energía masculina.

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Una Reina también es humana, y en su experiencia de vida se mueve en la dualidad.

Se da el permiso de experimentar todo tipo de emociones, y se da el permiso en vibrar más bajo cuando sus emociones así lo requieren. Esto no le quita su poder, ni le hace dudar de su dirección. Sigue sabiendo quién es ella y cuál es su propósito, se presente la situación que se presente.

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Ella sabe que no camina sola, y eso le hizo perder el miedo.

Avanza con valentía y en paz.

 

Ella no necesita ponerse etiquetas, reconoce su valor, y eso la gente lo percibe.
Naturalmente, recibe respeto y cuidado de los demás, porque entendió que desde fuera recibiría lo que primero se diera a ella misma.

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Ella sabe lo que quiere, sabe lo que se merece y se siente profundamente orgullosa de sí misma, aún cuando se reconoce imperfecta y se permite ser vulnerable.

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Eso es lo que la convierte en una auténtica Reina.